Manías mías. Quizás es porque todo está cerrado, es día festivo y la gente suele descansar, o porque por las calles pasa poca gente, se oyen pocos coches pasar y no hay mucho que hacer. También puede ser porque la gente en sí se deprime, no suele hablar tanto y tiene pocas ganas de fiesta. Porque es el último día de la semana, porque hace mal tiempo o porque les ha pillado un día de bajón. No hay un motivo específico para odiar así el domingo, lo odio y punto.
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