sábado, 31 de diciembre de 2011

Dicen que con lo que lloramos en una vida entera podríamos llenar cientos de botellas de agua. Lo que no dicen es que si llorásemos cada vez que un nudo aparece en nuestra garganta, seríamos capaces de triplicar las botellas. ¿Es más cobarde quien llora, o quien sonríe por miedo a hacerlo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario